martes, 1 de mayo de 2012

CAMBIOS EN LA GESTIÓN EDUCATIVA

Se destaca la importancia de la formación de los docentes a quienes se les confía administrar una institución educativa, a la propagación de nuevos avances tecnológicos en la actual sociedad de la información.

La administración educativa debe optimizar los procesos, por elevar su calidad de gestión y satisfacer las necesidades y expectativas de la comunidad educativa.

De esta manera se establece la necesidad de conocer la calidad que presta el servicio educativo, con énfasis en el ámbito de la administración educativa. La calidad requiere un juicio valorativo que viene dado por la evaluación.

La construcción de una sociedad en el conocimiento tiene como eje central la educación. Frente al proceso de la globalización actual, tanto por considerar nuevos paradigmas educativos, como por las tecnologías de la información y la comunicación que mejor apoyen los procesos que se llevan a cabo en las instituciones y, la transformación y acceso de conocimiento.

Con la misma importancia deben incluirse en la formación de profesores aquellas competencias no solamente de índole académico si no también competencias administrativas, gerenciales, valores y éticas para que la educación sea de calidad. Esto menciona, Cebrian (1999), "Hoy, la calidad del producto educativo radica más en la formación permanente e inicial del profesorado que en la sola adquisición y actualización de infraestructuras". Sostiene además, que el gran reto de la innovación tecnológica en los centros educativos consiste, en un cambio de mentalidad en el profesorado y en su práctica docente. Dentro de esta misma tendencia, Hernández (2009) señala que: Los cambios pedagógicos contemporáneos apuntan a la formación no sólo de competencias científicas y técnicas sino también de competencias sociales requeridas para asumir cambios materiales y culturales radicales. Ello exige del docente una gran responsabilidad y una gran flexibilidad, su compromiso con un proceso continúo de actualización y la disposición permanente a aprender y construir conocimiento sobre su propia práctica. Esta exigencia nos lleva no sólo a la valoración del trabajo y de su producto, sino al reconocimiento del otro. Se trata de desarrollar competencias no sólo académicas sino también éticas en los participantes (educandos)

Por otra parte, la calidad de la educación se puede expresar como las características o rasgos de los insumos, procesos, resultados y productos educativos que singularizan esa calidad y la hacen distinguirse. Sin embargo, en esa aparente neutralidad del concepto, se reconoce la responsabilidad y el compromiso con la búsqueda sistemática y continua de la excelencia, implícito dentro del propósito de la educación. Por todo ello, debe constituirse en el norte de una reforma educativa y el dictamen para quienes tienen la misión de conducir eficientemente una institución educativa donde se refleje la orientación al logro con alcances significativos en la administración educativa.

Incorporar estas tendencias en la administración educativa de las instituciones escolares será uno de los grandes compromisos que se deben asumir por parte del Estado y una tarea que tenemos que asumir los docentes en los inicios de este nuevo siglo, si se pretende elevar la calidad de la educación. De esta manera tendremos un país con un alto crecimiento económico, instituciones fortalecidas y un incremento del capital humano y social.

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